La renta variable tuvo otro trimestre sólido en el primer trimestre de 2024, con los principales índices alcanzando nuevos máximos históricos. El crecimiento resiliente, la temporada de resultados decente y el inicio del ciclo de flexibilización de los bancos centrales impulsaron las expectativas de aterrizaje suave. A medida que la inflación mostraba signos de rigidez, se redujeron las expectativas de recortes de tipos agresivos desde principios de año.
La aceleración del crecimiento y los vientos de cola de la Inteligencia Artificial impulsaron inicialmente las acciones estadounidenses, pero la renta variable europea logró obtener un rendimiento superior durante el trimestre.
En cuanto a sectores destacamos: como los cíclicos superaron a los defensivos durante el trimestre, ya que el sentimiento macroeconómico y de beneficios se volvió más constructivo. El hecho de que los inversores empiecen a pagar antes de la esperada recuperación de los beneficios a finales de año significa que la rentabilidad superior de los cíclicos ha estado impulsada principalmente por el PER. La Inteligencia Artificial impulsó los servicios de tecnología y comunicación, mientras que los industriales se recalificaron en la recuperación del PMI. El sector financiero también tuvo un rendimiento superior, beneficiándose de un crecimiento resistente, rendimientos más altos durante más tiempo y mayores recompras. Energía y Materiales se quedó rezagado en el primer trimestre, pero una rotación hacia los rezagados hizo que tuvieran un rendimiento superior en marzo.
En cuanto a la cartera, destaca el buen comportamiento de los sectores industrial, financiero y sanidad, entre los valores que resaltamos son Novo Nordisk, UCB, ASML, Spie y Prysmian. Por el contrario Alfen, Acciona, Roche, UPM-Kymmene e Infineon se encuentran entre los valores que han drenado mayor rentabilidad. La exposición a renta variable se encuentra en el entorno del 97,25%, con un sesgo muy balanceado entre growth y quality. La rentabilidad de la cartera en el trimestre ha sido de un 8,9%.
Para el próximo trimestre, a destacar:
- Datos crecimiento económico: los datos nos invitan a una ligera desaceleración en EE.UU. y un mantenimiento en Europa. Sin embargo, los indicadores de confianza empresarial están ya claramente repuntando, por lo que las estimaciones de crecimiento tienen poco riesgo a la baja.
- Inflación: necesitamos más datos para monitorizar de nuevo una senda más consistente de bajada, después de los datos de repunte en enero y febrero.
- Bancos Centrales: será clave la reunión de junio, donde pensamos pueden acometerse las primeras bajadas de tipos del ejercicio.
En este contexto, desde diciembre venimos pronosticando una corrección que no se produce. La ligera rotación que se ha producido en marzo ha provocado que los indicadores de sentimiento no se sitúen por encima de los niveles de febrero, a pesar de las nuevas subidas. Otros indicadores, como la volatilidad implícita de los mercados de opciones, siguen en niveles extremos, pero ya llevan tiempo en ellos. En conjunto, la corrección debería llegar en algún momento, pero es muy difícil acertar el momento correcto.